Ayer mi querida
Marteta cumplió 30 años, motivo por el cual me vi inmerso en la pequeña fiesta que se realizó en su honor en la casa de un amigo. He de decir, que estuvo bien, que hubo muchas risas y muchas complicidades, aunque como es costumbre se mantuvo la separación, que ya casi es norma de la casa, entre los dos grupos que acudieron a tal celebración:
losdeSants Vs
Telekos.Recuerdo que hubo un momento que hable con un amigo, y que me explicó que había ido a servirse una bebida, y de repente se había visto rodeado por los Telekos, quedando atrapado en una maraña de gente. A lo que yo le dijo así: “tendrían que haberse puesto a danzar, cantando que habían hecho un prisionero. ¡Hey! Todo esto de buen rollo con la gente de Telekos… luego hablando con el mismo amigo (
Isaac para más señas) le expliqué el pseudoproyecto en el que me he embarcado durante estos días en mi blog: hablar mayoritariamente de pulpos. El me dijo, que no debía extrañarme si a partir de ahora comenzaban a bajar las visitas; pero si ese es el caso, tampoco sería preocupante, porque lo importante siempre fue divertirse. ¿Habrán oído hablar de la extraordinaria capacidad de los pulpos para camuflarse? Pues sí, resulta que un pulpo puede cambiar de color instantáneamente mimetizándose con los colores de los fondos marinos. Y a veces, aunque uno esté atento a esas profundidades del mar, es casi imposible detectarlos. Para más muestras
aquí o también allá.
EL PULPO
Oscuro dios de las profundidades,
helecho, hongo, jacinto,
entre rocas que nadie ha visto, allí, en el abismo,
donde al amanecer, contra la lumbre del sol,
baja la noche al fondo del mar y el pulpo le sorbe
con las ventosas de sus tentáculos tinta sombría.
Qué belleza nocturna su esplendor si navega
en lo más penumbrosamente salobre del agua madre,
para él cristalina y dulce.
Pero en la playa que infestó la basura plástica
esa joya carnal del viscoso vértigo
parece un monstruo; y están matando
/ a garrotazos / al indefenso encallado.
Alguien lanzó un arpón y el pulpo respira muerte
por la segunda asfixia que constituye su herida.
De sus labios no mana sangre: brota la noche
y enluta el mar y desvanece la tierra,
muy lentamente, mientras el pulpo se muere.
JOSÉ EMILIO PACHECO
Aguas territoriales
Labels: Literatura
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