Cousteau y la tinta de los pulpos
Published Sunday, August 20, 2006 by Spyder | E-mail this post
Es en este momento cuando Dumas lo hallaba en sazón para empezar la clase de baile. Tomando al alumno por los tentáculos, le hacía efectuar algunas improvisaciones del ballet. Algunos pulpos, al hallarse en este estado de agotamiento nervioso, respondían imitando las figuras que él les enseñaba, para terminar la lección en la misma actitud de un gato travieso. Cuando a Didi se le terminaba la provisi6n de aire, el cansado pulpo permanecía extendido y relajado, contemplando como el profesor se elevaba hacia el cielo. Ya sé que todo esto parece una historia marsellesa. Para guardar evidencia de ello, tuve buen cuidado de impresionar varias películas con estos ejercicios.
La tinta del pulpo ha sido vertida generosamente con periodística fantasía y mezclada con la de escribir. Nuestros ojos están protegidos por los lentes y, por lo tanto, no puedo decir si esta tinta es o no un veneno óptico. Sobre la piel desnuda no producía el menor efecto, como tampoco pareció tenerlo sobre un pez que cruzó casualmente la negra nube. Descubrimos que su emisión no tenía por objeto crear una cortina de humo que ocultase al pulpo de sus perseguidores. El pigmento no se esparcía por el agua; por el contrario, permanecía en ella conservando la forna de una burbuja de contornos bastante definidos y provista de una cola. Resultaba demasiado pequeña para ocultar al pulpo. Si la tinta no era venenosa ni servía para ocultar al cefalópodo, ¿cuál era su función? Escuché una explicación muy interesante de labios de un gran amigo de los pulpos. Theodore Rousseau, conservador del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Su opinión era que la bomba de tinta tiene por objeto crear un falso pulpo, una imagen ficticia para engañar a los perseguidores cuya vista no sea muy aguda. El tamaño y la forma de la exhalación recuerdan groseramente a los del pulso que la ha emitido.
J. Y. Cousteau y Frédéric Dumas –El mundo silencioso-Labels: Literatura
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