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A Ed Wood deberían darle una de esas medallas al mérito ya que sin casi presupuesto, pudo rodar un montón de películas con más o menos talento. Pudiera ser que no tuviera ese talento, y mucho se ha escrito de Ed Wood como "el peor director de la historia" pero si es así, tal vez habría entonces reconocerle el mérito en un mundo donde producir películas no es precisamente una tarea fácil.Labels: Cine

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[...] el tema que representa está sacado de una leyenda, y ya sabéis lo que hay que pensar de las leyendas en materia de Historia Natural. Además, cuando se trata de monstruos, la imaginación no conoce límites. No solamente se ha pretendido que esos pulpos podían llevarse a los barcos, sino que incluso un tal Olaus Magnus habló de un cefalópodo, de una milla de largo, que se parecía más a una isla que a un animal. Se cuenta también que el obispo de Nidros elevó un día un altar sobre una inmensa roca. Terminada su misa, la roca se puso en marcha y regresó al mar. La roca era un pulpo. -¿Y eso es todo? -preguntó el canadiense. -No. Otro obispo, Pontoppidan de Berghem, habla igualmente de un pulpo sobre el que podía maniobrar un regimiento de caballería. -Pues sí que estaban bien de la cabeza los obispos de antes -dijo Ned Land. -En fin, los naturalistas de la Antigüedad citan monstruos cuya boca parecía un golfo y que eran demasiado grandes para poder pasar por el estrecho de Gibraltar. -¡Vaya, hombre! -dijo el canadiense. -¿Y qué puede haber de cierto en todos esos relatos? -preguntó Conseil. -Nada, nada en todo cuanto pasa de los límites de la verosimilitud para desbordarse en la fábula o la leyenda. No obstante, la imaginación de los que cuentan estas historias requiere si no una causa, al menos un pretexto. No puede negarse que existen pulpos y calamares de gran tamaño, aunque inferior sin embargo al de los cetáceos. Aristóteles comprobó las dimensiones de un calamar que medía tres metros diez. Nuestros pescadores ven con frecuencia piezas de una longitud superior a un metro ochenta. Los museos de Trieste y de Montpellier conservan esqueletos de pulpos que miden dos metros. Además, según el cálculo de los naturalistas, uno de estos animales, de seis pies de largo, debería tener tentáculos de veintisiete metros, lo que basta y sobra pará hacer de ellos unos monstruos formidables. -¿Se pescan de esta clase en nuestros días? -preguntó Conseil. -Si no se pescan, los marinos los ven, al menos. Uno de mis amigos, el capitán Paul Bos, del Havre, me ha afirmado a menudo que él había encontrado uno de esos monstruos de tamaño colosal en los mares de la India. Pero el hecho más asombroso, que no permite ya negar la existencia de estos animales gigantescos, se produjo hace unos años, en 1861. -¿Qué hecho es ése? -preguntó Ned Land. -A ello voy. En 1861, al nordeste de Tenerife, poco más o menos a la latitud en la que ahora nos hallamos, la tripulación del Alecton vio un monstruoso calamar. El comandante Bouguer se acercó al animal y lo atacó a golpes de arpón y a tiros de fusil, sin gran eficacia, pues balas y arpones atravesaban sus carnes blandas como si fuera una gelatina sin consistencia. Tras varias infructuosas tentativas, la tripulación logró pasar un nudo corredizo alrededor del cuerpo del molusco. El nudo resbaló hasta las aletas caudales y se paró allí. Se trató entonces de izar al monstruo a bordo, pero su peso era tan considerable que se separó de la cola bajo la tracción de la cuerda y, privado de este ornamento, desapareció bajo el agua. -Bien, ése sí es un hecho -manifestó Ned Land. -Un hecho indiscutible, mi buen Ned. Se ha propuesto llamar a ese pulpo «calamar de Bouguer». -¿Y cuál era su longitud? -preguntó el canadiense. -¿No medía unos seis metros? -dijo Conseil, que, apostado ante el cristal, examinaba de nuevo las anfractuosidades del acantilado submarino. -Precisamente -respondí. -¿No tenía la cabeza -prosiguió Conseil-coronada de ocho tentáculos que se agitaban en el agua como una nidada de serpientes? -Precisamente. -¿Los ojos eran enormes? -Sí, Conseil. -¿Y no era su boca un verdadero pico de loro, pero un pico formidable? -En efecto, Conseil. -Pues bien, créame el señor, si no es el calamar de Bouguer éste es, al menos, uno de sus hermanos. Miré a Conseil, mientras Ned Land se precipitaba hacia el cristal. -¡Qué espantoso animal! -exclamó. Miré a mi vez, y no pude reprimir un gesto de repulsión. Ante mis ojos se agitaba un monstruo horrible, digno de figurar en las leyendas teratológicas. Era un calamar de colosales dimensiones, de ocho metros de largo, que marchaba hacia atrás con gran rapidez, en dirección del Nautilus. Tenía unos enormes ojos fijos de tonos glaucos. Sus ocho brazos, o por mejor decir sus ocho pies, implantados en la cabeza, lo que les ha valido a estos animales el nombre de cefalópodos, tenían una longitud doble que la del cuerpo y se retorcían como la cabellera de las Furias. Se veían claramente las doscientas cincuenta ventosas dispuestas sobre la faz interna de los tentáculos bajo forma de cápsulas semiesféricas. De vez en cuando el animal aplicaba sus ventosas al cristal del salón haciendo en él el vacío. La boca del monstruo -un pico córneo como el de un loro- se abría y cerraba verticalmente. Su lengua, también de sustancia córnea armada de varias hileras de agudos dientes, salía agitada de esa verdadera cizalla. ¡Qué fantasía de la naturaleza un pico de pájaro en un molusco! Su cuerpo, fusiforme e hinchado en su parte media, formaba una masa carnosa que debía pesar de veinte a veinticinco mil kilos. Su color inconstante, cambiante con una extrema rapidez según la irritación del animal, pasaba sucesivamente del gris lívido al marrón rojizo. ¿Qué era lo que irritaba al molusco? Sin duda alguna, la sola presencia del Nautilus, más formidable que él, sobre el que no podían hacer presa sus brazos succionantes ni sus mandíbulas. Y, sin embargo, ¡qué monstruos estos pulpos, qué vitalidad les ha dado el Creador, qué vigor el de sus movimientos gracias a los tres corazones que poseen!. El azar nos había puesto en presencia de ese calamar y no quise perder la ocasión de estudiar detenidamente ese espécimen de los cefalópodos. Conseguí dominar el horror que me inspiraba su aspecto y comencé a dibujarlo. -Quizá sea el mismo que el del Alecton-dijo Conseil. -No -respondió el canadiense-, porque éste está entero y aquél perdió la cola. -No es una prueba -dije-, porque los brazos y la cola de estos animales se reforman y vuelven a crecer, y desde hace siete años la cola del calamar de Bouguer ha tenido tiempo para reconstituirse. -Bueno -dijo Ned-, pues si no es éste tal vez lo sea uno de ésos. En efecto, otros pulpos aparecían a estribor. Conté siete. Hacían cortejo al Nautilus. Oíamos los ruidos que hacían sus picos sobre el casco. Estábamos servidos. Continué mi trabajo. Los monstruos se mantenían a nuestro lado con tal obstinación que parecían inmóviles, hasta el punto de que hubiera podido calcarlos sobre el cristal. Nuestra marcha era, además, muy moderada.Labels: Literatura, Monstruos marinos
Desde hace miles de años, han existido leyendas sobre monstruos marinos; sin duda alguna la mayoría de estas historias, cuentos y leyendas, son invenciones de los antiguos hombres del mar, para asustar a la gente, para mantener en secreto rutas comerciales valiosas o por cualquier motivo.
Pero hoy, podemos afirmar casi con seguridad que algunas de esas fantásticas historias, podrían estar basadas en encuentros y avistamientos reales de animales marinos hasta hace pocos años desconocidos para la ciencia.
Posiblemente, el monstruo marino mas terrible de las leyendas, haya sido el llamado KRAKEN; una gigantesca bestia de múltiples brazos que le salían de la cabeza, capaz de atacar barcos, arrancar a los marineros de cubierta y devorarlos o de envolver las embarcaciones con sus tentáculos y hundirlas.
Ya Homero, en la Odisea nos cuenta (900 a. de C.) como Ulises se tiene que enfrentar a una criatura perversa llamada Escila, con doce piernas deformes que son como tentáculos, a quien nadie aunque fuera un dios, alegraría ver.
Perseo también hace su descripción de Medusa, como un monstruo femenino, que le salen muchas serpientes de la cabeza, con unos ojos de un poder terrible, que quien los mira se queda petrificado. (Tanto Homero como Perseo, podían estar refiriéndose a relatos escuchados de monstruos con los brazos que salen de sus cabezas, con enormes y mortales ojos. Siempre relacionados con el mar de una manera u otra, viven en islas lejanas y estrañas , en cuevas profundas, solitarios, etc). Aunque es mucho imaginar, existe esa posibilidad.
Aristoteles también introdujo el termino Teuthos,para diferenciar el calamar gigante de la variedad normal de calamar- teuthis. (Con lo cual se hacia eco de los relatos de avistamientos de calamares gigantes)
Algo mas tarde Plineo el Viejo en su Historia Natural habla sobre un pulpo (ó polypo) gigantesco pescado en la costa Atlantica Española, aunque su descripción es más que exagerada, parece que se refería a un calamar gigante.
Después de esto pasaron muchos años sin ninguna documentación escrita (ya sea mitológica o histórica) con pocas o vanas referencias a algo parecido a calamares gigantes (aparte de las leyendas orales ,sobre todo en la mitología Noruega, aunque leyendas de monstruos marinos, serpientes marinas gigantescas, etc, las hubo siempre y en todas las zonas del mundo).
Hasta 1555 en que el arzobispo Católico de Suecia Olaus Magnus (1490-1557) en su Historia de la Gente de las Regiones Nórdicas describe algunos monstruos marinos: Dando unas descripciones terroríficas y exageradas, pero se puede extrapolar de sus descripciones que algunas están basadas en relatos deformados por el folklore popular de auténticos animales marinos aún desconocidos en esa época.
El zoólogo renacentista Ulises Aldrovandi, de Bolonia, atribuyó a estos enormes pulpos instintos feroces.
Un misionero noruego, Hans Egede, informó de la aparición de un monstruo marino en la costa de Groenlandia el 6 de julio de 1734. El misionero escribió que el cuerpo de la bestia era tan grueso como el de un barco y tres o cuatro veces mas largo, y que el monstruo surgía de las aguas con un salto ágil y volvía a sumergirse.
En 1752 el obispo Bishop Eric Pontoppidan en su "Historia Natural de Noruega" describe al kraken como un monstruo "grande como una isla, con el dorso cubierto de esponjas crecidas a lo largo de los siglos, y con múltiples brazos que apresaban a los barcos y los arrastraban a las profundidades. Fue el obispo el primero que utilizo el termino kraken (es una palabra noruega que significa "monstruo marino legendario ", fue para describir una historia que le contaron de una gran serpiente marina, que paso cerca de un barco en las costas noruegas en 1746.
También Linneo se dejó influir por las leyendas y en su "Systema Naturae" habla de sepias gigantes.
En 1856 el zoólogo danes Japetus Steenstrup da el primer testimonio científico fiable de la existencia de calamares gigantes en el mar presentando como prueba un pico de uno de estos colosos. Desmitificando en parte la leyenda del Kraken como monstruo marino y sobrenatural.
Hasta estas fechas la ciencia se mantenía muy reacia a aceptar la existencia de estos enormes invertebrados, tachando de historias y leyendas cualquier relato sobre avistámientos.
El 17 de Noviembre de 1861, la tripulación del Barco de guerra Francés "Alecton" tuvo un encuentro con un calamar gigante frente a las costas de Tenerife (Islas Canarias), justamente en la zona de Anaga. A pesar de los esfuerzos de los marineros por izarlo a bordo, el ejemplar se desgajo en dos partes y los arponeros solo pudieron conservar la increíble cola de unos 8 metros de longitud, no habría mas que imaginare cuanto mediría el ejemplar completo contando los tentáculos. Tras la presentación de un detallado informe ante la Academia Francesa de las Ciencias, aquella información avivo el interés por el increíble tamaño que podían alcanzar algunas especies marinas. Este acontecimiento inspiro a Julio Verne el episodio del pulpo gigante en su novela "20.000 leguas de viaje submarino":
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El Octopus Car Washes es un negocio de lavado de coches, que tiene sucursales una buena parte de las ciudades de EEUU, es un negocio que lleva ya abierto desde 1950.
It’s such a joy when your passion is replicated through your work. After being a United States Air Force bomber pilot in WWII and in the Korean Conflict he lost a bet to start up a business for his fellow veterans when they get out. Though the partnership didn’t succeed, the business flourished. In 1953 John Jurkens opened his first car wash in Rock Island, Illinois. Never having operated a business of his own, let alone a car wash, it was a brand new adventure for him to explore. The devotion and enthusiasm John Jurkens has put into developing and exploring new avenues of washing cars still holds true today.Labels: Publicidad
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El Doctor Octopus o Doctor Pulpo es un personaje ficticio del universo de cómics Marvel, donde es uno de los grandes enemigos de Spiderman (el Hombre Araña). Fue creado por Stan Lee y Steve Ditko y apareció por primera vez en la serie Amazing Spider-Man volumen 1 número 3, en julio de 1963. Su nombre civil es Otto Octavius. En América Latina ha sido conocido más por su nombre de Doctor Pulpo o simplemente como El Pulpo.
Historia del personaje
A pesar de su características criminales, el Doctor Octopus tuvo un comienzo relativamente benévolo. Otto octavius fue un reconocido doctor en física nuclear, investigador e inventor científico. Octavius diseñó un dispositivo con cuatro brazos metálicos resistentes a la radiación, dotados de gran fuerza y precisión, de los que se valdría para continuar con sus investigaciones el el campo de la física nuclear. Los brazos se unián a su cuerpo mediante un arnés que Octavius llevaba en el dorso.
Tras un accidente en el laboratorio, los brazos se fusionaron al cuerpo de Octavius, quien adquirió el poder de moverlos a voluntad, usando sólo el pensamiento. El accidente también provocó daños cerebrales, lo cual se ha interpretado como una causa de que el cerebro tuviese que dirigir cuatro nuevas extremidades. Con esa mentalidad desquiciada, Octavius comenzó a dedicarse al crimen, bajo el nombre de Doctor Octopus, en referencia a sus ocho extremidades, como los pulpos.
En su primera aparición, el Doctor Octopus representó una gran amenaza para Spiderman, y éste de hecho consideró en abandonar su carrera, pero fue convencido de lo contrario por la Antorcha Humana.
En casi todas sus apariciones, el Doctor Octopus ha sido un gran protagonista de legendarias batallas, y elabora sofisticados planes para eliminar al héroe arácnido.
Se ha unido con otros villanos enemigos del Hombre Araña. En una alianza con el Búho casi asesina a la Gata Negra, tras lo cual Spiderman le separó el arnés del cuerpo, lo que le causó a Octopus un gran dolor y una fuerte depresión, que casi lo llevan a la muerte. Eventualmente pudo controlar a distancia los brazos y reanudar su vida criminal. Llegó a obsesionarse con derrotar a Spiderman, a quien le llegó a proferir un profundo temor y respeto.
También fue el fundador y líder del grupo criminal los Seis Siniestros, cuyo objetivo era deshacerse del héroe enmascarado. El grupo reunió a los enemigos más destacables de Spiderman. En dos ocasiones reunió a sus compañeros, pero en la última no pudo continuar con el liderazgo y los demás miembros se rebelaron.
En la Saga de los Clones, el Doctor Octopus fue asesinado por Kaine, un clon demente de Spiderman. La estudiante de Octavius, Carolyn Trainer, tomó entonces el lugar de Octavius y se nombró Lady Octopus. Eventualmente Octavius fue resucitado por un grupo de ninjas conocido como La Mano. Octavius perdió la memoria, que poco a poco fue recuperando mediante un chip que la contenía. Previamente, Octavius había descubierto la identidad secreta de Spiderman (Peter Parker), pero al ser un hecho reciente y no estar grabado en el chip, no pudo recordarla.
Poderes y habilidades
Sus brazos metálicos son su principal arma. El Doctor Octopus los puede mover a voluntad. Los brazos están elaborados de anillos metálicos, lo que les confiere una capacidad de movimiento y torsión. Cada uno posee en su extremo tres dedos metálicos articulados que pueden manejar armas o instrumentos de precisión. Los brazos tienen una especie de vida propia y pueden defender a Octopus aunque éste se encuentre de espaldas; tienen también una alta capacidad de respuesta y de movimientos rápidos. Al estar elaborados de un material muy resistente, los brazos son extremadamente fuertes y tienen la capacidad de soportar todo el peso del cuerpo de Octavius mientras caminan, y de levantar varias toneladas de peso.
En total ha poseído tres arneses diferentes: el original, elaborado de titanio; después, uno elaborado de adamantio, y el tercero, que fue modificado en 2004 para asemejarse a los de la película Spider-Man 2. Los dos primeros arneses fueron destruidos por Spiderman.
Salvo la capacidad de mover los brazos metálicos, Octavius no tiene otros poderes. Sin embargo, su mente genial le confiere una gran habilidad para crear armas. Así, tuvo pistolas laser,granadas,bombas de humo y pequeños explosivos capaces de volar una caja fuerte.
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